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Recuperarse después de una ruptura

Última actualización: 14 Abril 2016

Una ruptura sentimental puede constituir una verdadera prueba para algunos de nosotros: dolor, dudas, replanteos, remordimientos, etc. Los sentimientos que acompañan a la ruptura amorosa son tan complejos como numerosos, de ahí el desacuerdo entre los especialistas sobre el comportamiento que se debe adoptar tras la ruptura: seguir adelante –los partidarios del «uno perdido, diez encontrados»– o guardar un período de duelo. ¿Qué terapia hay que seguir para recuperarse?

Tomar un tiempo para reponerse

No, no te sientes bien, y es importante admitirlo. De nada sirve ocultar tu malestar. Es indispensable relajarse, analizar la situación y verla tal como es, incluso aunque no hayas conseguido aceptarla todavía.

Evitar dar lástima a la gente

Es difícil esconder una ruptura amorosa si nuestra actitud habla por nosotros… En general, y especialmente cuando se trata de mujeres que comparten muy fácilmente su vida privada en el trabajo, las (malas) noticias vuelan. Resulta esencial no dejarse invadir por la compasión de nuestros colegas o nuestros amigos, a fin de no deprimirse ni encerrarse en un estado de deprimente letargo.

Sobrellevar la actitud de tus padres

Te aconsejamos que les pongas al tanto de la situación lo más tarde posible, pues su opinión tendrá probablemente consecuencias sobre tu estado de ánimo. Si a ellos no les gustaba realmente su yerno –o su nuera–, lo más seguro es que no te agrade ver cómo se dibuja en su rostro una amplia sonrisa… En cualquier caso, su instinto parental no será fácil de controlar –inquietud, voluntad de protegerte y de cuidarte–, pues a sus ojos sigues siendo su niña o su niño.

Las soluciones para no desanimarse

El error que nunca hay que cometer es el de encerrarse –demasiado tiempo– como un ermitaño en el fondo de su gruta y languidecer en silencio. ¡Al contrario!, hay que salir, tomar el aire, ver mundo, cuidarse… Sí, ¡es fácil decirlo!, pero hay que obligarse a hacerlo. Algunas personas, después de vivir un tiempo (demasiado largo) en pareja, tienen dificultades para encontrar nuevamente su rumbo. Puede que te hayas alejado de tus amigos, o que no te cuides tanto como cuando disfrutabas de la soltería. Es el momento de mimarse –de visitar un salón de belleza–, para así recuperar de manera especial la autoestima, que quizás –seguramente– ha disminuido en los últimos tiempos.

Por otra parte, debes obligarte de inmediato a recuperar una (verdadera) vida social. Una fiesta del pijama, un partido de fútbol con tus colegas o arreglar el mundo entre chicas ¡es el mejor de los remedios!

Cortar el contacto

No hay nada peor que cohabitar durante semanas con tu ex bajo el mismo techo o continuar esperando que la situación cambie. Después de una ruptura, sea definitiva o no, es necesario hacer un (verdadero) paréntesis, ¡tanto en la vida real como en la virtual! No te tortures mirando su perfil en Facebook diez veces al día…

Tomar la iniciativa

Para recuperarse, también hay que saber retomar el control de la propia vida: abandonar la vivienda compartida, trasladarse a un alojamiento de forma independiente…, ¡o hacer deporte! Estas situaciones son difíciles de gestionar, sin embargo, también resultan el punto de partida de una nueva vida, un cambio que puede ser radical.

Un consejo que puede resultar útil y estimulante: ¡elabora una lista de propósitos! Después de todo, ¡hay muchas cosas que no has podido hacer cuando tenías pareja! Plantéate las preguntas adecuadas –¡¿qué persona tengo ganas de ser?!– y mira hacia el futuro. La vida continúa, puedes subirte al tren en marcha o quedarte en el andén avanzando a tu ritmo, por supuesto.